En una tarde...

Afilada va la muerte, te la encuentras en cada media cuadra, jalando un carrito de super medio lleno de cajas sin forma y envolturas de dulces, en la barra de un bar cualquiera, o al cruzar la calle; se desliza, camina como sí bailara, suave y estilizada; ataca! dibujando una sonrisa un tanto reservada; haciendo planes mentales, se toca el cabello queriendo distraer tu atención... habla sin derrochar una pizca de maldad, te mira con una atenta desatención; tú, sumergido en una especie de letargo regocijante lanzas burbujas por los ojos, quimeras e ilusiones cotidianas de belleza subjetiva...

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A veces escribir una sola línea basta para salvar el corazón del escritor...