LluViA
Anoche, mientras volvía de un boliche del barrio (palabra tomada del Boludo Andrés) me sorprendió una fina lluvia al regresar a casa. Por mi boca salía humo blanco, incluso mi sombrilla temblaba al recibir tan gélidas gotas pero mis botas probaron su plusvalía. Por el camino encontré gatos chorreando y temblando que me miraban como locos mientras huían, amantes furtivos atrincherados en el quicio oscuro de una puerta, borrachos gritando cosas indescifrables, y las luces (rojas y amarillas) de los autos parecían borrosas a la distancia.
Es esta llovizna la que provoca que el nuestro río el Dreisam se aloque y se estimule, se motive a ir adelante. Ansioso de experimentar el mismo resultado en mí. Dejé la sombrilla y comencé a sentir la lluvia, pasaron algunos minutos y la acción tuvo su efecto, dejé de caminar y comencé a correr, no sé si era el agua o el frío o quizá la combinación; pero estaba completamente motivado a llegar rapido a casa. En la esquina, y por la penumbra del lugar pisé un charco en forma de corazón salpicando el agua que había estado allí...simplemente despansurrandolo.
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A veces escribir una sola línea basta para salvar el corazón del escritor...