Sacalepuntas
Corrimos muy rápido para atravesar las calles del pueblo que por cierto estaba casi vacío, ya se veía el inicio del parque que estaba construido en un plano inclinado hacia abajo en donde lo delimitaba un pequeño riachuelo. Le dije a mi amigo que nos escondiéramos hasta el fondo, en donde había unos arbustos muy frondosos, ahí seguro que no nos encuentran. Yo contemplaba, un poco preocupado, la escueta "arma" que llevaba conmigo, un palo viejo y corriente que tenia incrustada una hoja de navaja (de esas de Gillette).
Mi amigo no supe muy bien quien era, estaba un poco borroso, pero parecía Ramón. Andaba en esas contemplaciones cuando alguien me toco el hombro y me hizo saltar. Eran los dos tipos, con aspecto de sicarios, que nos venían siguiendo (maldito blog del narco). Venían por pelea. Venían por nosotros. Mi contrincante no tenia arma de fuego sino unas espadas Sai al estilo de Raphael de las Tortugas Ninja, que movía con destreza asombrosa a la par que sonreía maliciosamente mostrando su diente dorado.
Desperté de un brinco y mire la hora un poco asustado, eran las siete de la mañana. Es muy temprano para una pelea pensé, pero volví al sueño por propio gusto. El gusto esta en esa capacidad de ir "creando tu propio sueño" o al menos esa sensación tienes cuando ya no duermes profundamente. Regrese al combate y solo recuerdo que de chiquito hasta las piñatas me huían. Siempre puede más, maña que fuerza y le dí tres buenos palazos que sirvieron para volverme a despertar. Esta vez ya no dormí, esta vez empecé mi día con ganas de pelear...
Pd1. Desconozco que pasó con mi amigo.
Pd2. Y esto que tiene que ver con la batalla de Puebla?

Comentarios
Publicar un comentario
A veces escribir una sola línea basta para salvar el corazón del escritor...