Historias de una tal straße II
Nuestras pertenencias -como nosotros- también cambian. Cambian con el tiempo, de la mano de nuestra personalidad, se amoldan a nuestra forma de ser y a nuestro estilo de vida. Mi apartamento ya no es el mismo que encontré hace unos años -cabe señalar que aunque no es propio, lo siento en cierta forma como mio. Durante 4 años estas paredes fueron testigo de mis alegrías y de mis tristezas, de noches sin poder dormir atrapado por las paginas de un libro o de una tos que no paraba, de largas desveladas ensayando para un seminario o preparando gráficas urgentes. De reuniones espontáneas que se convertían en fiestas. De soledad y silencio. De compañía y calidez. En fin, fueron un lugar seguro.
Ahora parece un campo de guerra, una trinchera. Lleno de cajas de cartón de varios
tamaños y orígenes, libros y estantes vacíos, ropa amontonada y empacada, plantas, sillas. De donde salieron tantas cosas? Recuerdo que llegue con solo dos maletas y un par de zapatos. Me pregunto si realmente necesito tantas cosas para "vivir".
Pronto iniciará la mudanza. Me envuelve una mezcla de emoción y nostalgia. Emoción por comenzar algo nuevo y nostalgia por "alejarme" de lo que he construido en este tiempo. Especialmente de mis amigos. Difiero un poco ese dicho que dice que las palabras se las lleva el viento, las mías se han quedado atrapadas entre las tejas y
las vigas que sostienen el techo de este apartamento, en el pretil de la puerta que me sirvió para ejercitarme, en la cocina que aguanto tantos trastes sucios durante todo este tiempo, de hecho una parte de mi y no solo mis palabras se quedará aquí, para siempre. La vida es un viaje constante...
Wow Julian porque no me sorprende que atrapes mi atención con esa fina descripcion de tu vida... de verdad muy "especial" tu narrativa... saludos¡¡¡
ResponderEliminar