El Rey

A simple vista Ralf era un tipo común y corriente, pero no normal, vivía con sus sus padres. Algo inusual en Alemania para un hombre de 37 años. Sus padres lo mantenían económicamente, a ellos no les importaba que el no hubiera encontrado un trabajo que lo hiciera feliz. Así que procuraban que el tuviera lo necesario para vivir. Ralf dedicaba gran parte de su día a leer. Leía de todo, desde folletos que encontraba en la calle, librillos baratos o algún periódico abandonado en una banca. Sin embargo, a veces se quedaba horas pensando y mirando hacia la nada. Ralf tenia un pasatiempo particular.

Nadie sospechaba que dos o tres veces por semana se dedicaba a "volverse loco". Solía ir al aeropuerto de la ciudad e intentaba hablar con gente desconocida. Caminaba, abriéndose paso con una sonrisa que se iba descomponiendo hasta llegar a ser una mueca macabra, entre una fila ya formada de personas que esperaban el registro de su vuelo. Su actitud de "loco", hacia retroceder hasta al más bravo de los pasajeros, dándole así espacio para andar a sus anchas. Más tarde se le veía, comiendo una mandarina con gran naturalidad mientras se paseaba por el área de restaurantes gesticulando a lo lejos la palabra: "buen provecho" a los comensales que por curiosidad o accidente habían hecho contacto visual con él. Por primera vez en su vida se sentía importante. Se sentía el rey.

Cuando esto le aburría, iba directamente a la plataforma desde donde partían los trenes y se ponía a cantar a todo pulmón. Hablaba solo o se sentaba muy cerca de alguien que ya esperaba e insistía entablar conversación. Había días que incluso se ponía a mandar besos a través de la ventana del tren desde la plataforma a alguna chica guapa sentada en el interior de este haciéndole sonrojarse. Lo único que no cuadraba mucho era su ropa. No era el atuendo de un loco. Esta lucia en buen estado y limpia. Quiza debido a esto daba más miedo. Un encuentro con el producía cierto escalofrío.

Quien no se a encontrado con un "loco" de estos en el camino?