Le Cinque Terre

En el ombligo del año y con la absoluta necesidad de un poco de asueto, nos montamos en Air dolomiti con destino al país de la bota. Primero un vistazo a Milan, Torino y Bergamo. Luego con un sol pegando a plomo y tras algunas horas de curvas, subidas y bajadas llegamos a "le cinque terre" que se traduce como "las cinco tierras". Pequeños pueblos de calles retorcidas encrustados en las montañas a lo largo de la costa norte Italiana. Lo que un día fue construido para defender estas tierras de los piratas sirve ahora para atraer a los turistas que ya sea por barco, tren o a pie recorren las entrañas de estas costas montañosas. 

Monterosso al mare con su olor a sal fue la primera, de ahí al vaiven de las olas mediterraneas navegamos hacia Riomaggiore con sus ventanas verdes desbordando ropa tendida. Sus flores y su camino del amor. Siguiendo este trayecto con sobredosis de paisajes llegamos a Manarola. Sin contratiempos, en 4 min de tren ya estabamos en Corniglia, tierra sin puerto pero construida en todo lo alto en donde soplaba un aire puro, filtrado y fino. Mientras estabamos tomando un refresco y hablando, comenzamos a chiflar en diferentes tonos y casi sin sentido, fuimos sorprendidos por el canto de algunos pajaros que vivian en jaulas de algun tejado cercano en respuesta a nuestros silbidos. Vernazza con su torre y sus gaviotas altaneras, la quinta tierra. Finalizamos el día con un merecido chapuzon para purificarnos y volver a nuestro aun frio "verano" aleman...






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