Olimpo

Eso de que Grecia es barato, es también parte de su mitología. Ya entrada la tarde, tomamos el tren a Thessaloniki, la segunda ciudad más importante de este país. En las tres horas de camino mientras dormitábamos un poco nos sorprendió el Monte Olimpo mirándonos por la ventana. Contrario a lo que yo podría esperar como una atracción turística, las faldas del monte y sus alrededores  están en medio de la nada, una imagen cercana al lejano oeste de las peliculas. Confirmando (según yo) la historia-mito de que solo los dioses van al Olimpo. Los mortales como nosotros, van a la playa. 

Thessaloniki es una ciudad porteña con mucha historia. Griegos, romanos y bizantinos respiraron esta brisa que te acaricia la cara al atardecer. Llena de restos arqueológicos interesantes incluyendo una muralla y pedazos de un castillo en todo lo alto, desde donde se domina el paisaje de una ciudad bien trazada. 

Dos cosas me sorprendieron. Para bien, el buen ambiente con la cantidad de cafés y bares, restaurantes y bistros siempre llenos a toda hora con gente local joven y bien vestida, de aspecto relajado. Que me hacen preguntarme si realmente hay crisis no deberían estar trabajando? 
La otra, para mal fue la cantidad de basura en las calles, el grafiti en paredes y ventanas, las ratas muertas flotando en el puerto, los sitios de interés turístico cerrados o abandonados o siendo deteriorados por los miles de gatos o las palomas sin que nadie haga algo. 

El esplendor de esta ciudad es algo innegable, sus poetas, filósofos y pensadores pero todo se acaba. Ahora la gente parece no darle tanta importancia a esa historia, ni al turismo, ni a la crisis, ni a los dioses...




Tercera parte 

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