Instantaneas
Cuatro maletas, nueve vuelos, seis países, dos DFs, ocho husos horarios, arriba y abajo del ecuador, tres tabletas de dramamine, veinte minutos de turbulencia, cuatro tipos de divisas, docenas de piquetes de mosquitos, diez autobuses, siete remedios, un penthouse, historia y gastronomía, calor y color, lunas redondas y serpientes emplumadas, viento y brisa, éxtasis familiar y boda (con filmación incluida), helados gigantes para olvidar el trafico, frutas exóticas sabor guanabana, tiburones que acechan, perfume fresco de la noche, piscinas en el mar, cinco cocos bien fríos, marea baja y olas altas, corcovado con neblina, manglares con sus garzas, favelas Brasileiras y Mexicanas, tres camisetas extraviadas y encontradas, michelada escarchada con granitos de arena, dos estadios: maracaná y el azteca, perros callejeros panzones, pirámides y energía, chapulines con queso y pan de azúcar, playas desiertas y con ballenas, alebrijes y bailes regionales, estar com fome y estar conforme, lunes que parecen viernes, cielos azules y atardeceres coquetos, fútbol y goles, brindis que no terminan, Cleidinha llamando a Orlando, paisajes eternos, cuatro sopes sencillos, olor a copal, fotos de tu aura, mareos y carne de res, poesía de Nezahualcóyotl, desayunos con marimba, mezcal y gastritis, cocodrilos y guitarras, arquitectura y juegos de pelota, Brasil y México, una güera y un gringo, tu y yo...
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A veces escribir una sola línea basta para salvar el corazón del escritor...