Contagio
Hoy decidí caminar al centro del pueblo para buscarme algo de comer. Después de algunas horas pegado al microscopio siempre es bueno mover las piernas y respirar un poco de aire fresco. En el trayecto, de unos 10 minutos, hay que cruzar un parque donde viven arboles enormes y gansos que se sienten los dueños. También hay un lago poco profundo que hace unos días estaba congelado y ahora gracias al reflejo del cielo luce un color azul espectacular. Esto parece ser el inicio de los días claros y el adiós al cielo gris invernal.
Todas las bancas del parque estaban ocupadas por gente que, en una especie de trance, con los ojos cerrados y una cara de estar alcanzando el nirvana, peleaba codo con codo por un lugar para tomar un poco de sol. Un sol tímido que desde ayer hizo su primera aparición en lo que va del año por estas tierras. Luego, más adelante las personas iban saludando y sonriendo. Felices. Hasta la gente de la panadería me pareció mas amable, como si hubieran recibido la mejor de las noticias. Así por una especie de contagio, me puse alegre también.
Es increíble que en países en donde menos radiación solar existe, es en donde actualmente más se esta usando la energía solar. Alemania con sus apenas 1600 horas de sol anuales es desde el 2004 el primer productor mundial de energía solar. Y no me refiero solo al buen manejo de los kilo-watts sino también a la producción de felicidad. Ese efecto antidepresivo que según mis humildes observaciones y las de un estudio publicado por la revista The Lancet (Effect of sunlight and season on serotonin turnover in the brain), se debe a un incremento del neurotransmisor serotonina en nuestro cerebro causado por nada más y nada menos que la luz solar. En otras palabras, entre más sol más serotonina y entre más serotonina menos depresión.
A diferencia de estas latitudes, en mi país si algo nos sobra es sol y por ende nuestro carácter guapachoso y dicharachero. México con sus 3000 horas de sol al año lamentablemente no representa competencia alguna en el mercado global de energía solar. Sin embargo al menos nos queda la felicidad contagiosa e interminable que de este se genera...será?
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