Los pecados de la capital I
Berlín, la orgullosa capital Alemana lo tiene todo. Sus calles que seguramente ilustraban destruidas alguno de mis libros de historia se muestran ahora esplendidas y majestuosas. Se respira tragedia y llanto pero también trabajo y disciplina. Gastronomía y cultura, arquitectura y música. Berlín, perfecta musa para cometer pecados...
Avaricia:
Es fácil perderte en los vastos siete pisos de la KaDeWe (almacén del oeste, por sus siglas en alemán), uno de los más grandes de Europa con más de 100 años de historia. En la segunda guerra mundial fue destruido cuando un avión norteamericano se estrello contra el edificio. Luego, tras la guerra en 1950 fue reconstruido y se conoce desde entonces como el símbolo del milagro económico alemán.
En el 2007, alguien entró por una ventana del primer piso y al más puro estilo de misión imposible robó joyas y relojes por un valor superior a los 5 millones de euros sin que fuera detectado por las alarmas. La única pista que la policía encontró en la escena del crimen fue un guante con restos de ADN. El material genético resulto pertenecer a uno de dos hermanos (univitelinos) de origen libanes. Ambos con antecedentes penales, de inmediato manifestaron su inocencia. Puesto que el ADN de los dos es igual y ante la imposibilidad de identificar con absoluta precisión a cual de los dos hermanos pertenece dicho guante, la policía los dejó en libertad.
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